La Agonía del Río Chico


Recuerdo que por los años ochenta el denominado río chico que es un ramal del río Ainia (río grande), tenía suficiente caudal que en gran parte de su corto recorrido uno podía nadar. Había un pequeño embalse debajo del puente de madera y techo de calamina que se usaba para ir de la casa común (la escuela primaria actual) a la plaza de Longar. Todos los días antes de ir a la escuela teníamos que lavar nuestro chaque (pie) y nuestro rinre (oreja) para que no nos rinripee (jalarar la oreja) si estaban sucios. En esas épocas las clases eran mañana y tarde, por lo cual después del almuerzo salíamos apurados para poder bañarnos en el estanque formado bajo el puente.

Recuerdo que en esos tiempos el agua que discurría por el río Chico era clara permitiendo ver claramente el fondo decorado con cantos rodados de diversos tamaños. Además de la hermosa alfombra de cantos rodados y arena del lecho, podíamos apreciar plateados y si tentabas con calma entre las rocas podías atrapar cachcas (carachamas) para preparar un suculento caldo de cachca.  

La realidad actual de nuestro querido río Chico es preocupante; de río sólo queda el cauce, ya que su caudal ha quedado reducido al de una quebrada, las piedras del fondo que antes se veían en forma clara ahora lucen cubiertas de una capa negra de sedimento que, al mínimo contacto se eleva como una nube negra. La cantidad de agua que discurre es tan poca que, el sonido que produce a su paso es poco perceptible.

Donde antes habían peces ahora se encuentran restos de todo tipo de embaces, envolturas, bolsas y el fondo del lecho cubierto por un manto negro que reemplazó a la alfombre de cantos rodados y arena.

Será el futuro del río convertirse en una acequia de aguas negras habitada de ratas y roedores que luego migrarán a las casas transportando todo tipo de enfermedades, será necesario alimentar al río con el caudal necesario y devolverle la vida que tuvo. Será necesario controlar la emisión de efluentes líquidos (resaque) vertidos desde los trapiches, que contaminan las aguas consumiendo todo el oxigeno disuelto en agua, convirtiéndola en un líquido nocivo para animales y plantas. Hace tiempo se pescaban bagres y otros peces en los pilancones; pero ahora lo único que se encuentra son estas aguas residuales color oxido producto del resaque, claro indicativo que allí desapareció toda forma de vida.